Queremos compartir con ustedes un artículo publicado por "El País digital" el 28 de mayo de este año
Dormir poco altera la salud de jóvenes
Trasnochar debilita el proceso de aprendizaje.
Ana María Abel (Lic. Ciencias Familiares)
José Ignacio ha sido excelente alumno hasta recién iniciado el segundo año de facultad, cuando perdió varias materias. Sus padres se preguntan: ¿A qué atribuir este descenso de rendimiento? ¿Qué hacer para motivarlo? Todavía no lo relacionan con los cambios de horario incorporados últimamente en sus salidas nocturnas.
En la etapa juvenil el organismo pide un sueño reparador de entre 8 o 9 horas seguidas. Instalada la costumbre de salir las noches de jueves, viernes y sábado, los chicos descansan poco durante tres días seguidos. Aunque duerman toda la mañana, el cuerpo recién se recupera a la semana de dormir normalmente. ¿Puede extrañar el menor rendimiento en los estudios?
Durante el sueño se producen las sinapsis necesarias para que aquello que se aprendió en el día, forme parte de la memoria a largo plazo. Al trasnochar disminuye el sueño rápido y se debilita el proceso de aprendizaje, disminuye la capacidad de atención y la consolidación de la memoria. En clase de biología ¿se explica claramente a los jóvenes que tenemos un "reloj biológico" que dicta cuándo despertar y cuándo dormir? Los padres ¿no tendríamos que recordarles más frecuentemente que la falta de sueño compromete su salud futura y el riesgo de accidentes con serias secuelas?.
La falta de sueño es considerada la primera causa de accidentes junto con el exceso de velocidad. El neurólogo Ignacio González explica cómo, en la vida de jóvenes, ambas causas se relacionan estrechamente. Trasnochar exageradamente les impide respetar los ciclos de sueño-vigilia y otros ciclos biológicos, como el de apetito-saciedad, no se cumplen con normalidad. Se altera la temperatura corporal y la secreción de hormonas como el cortisol y la melatonina. Esto repercute en la capacidad cognitiva, el estado de alerta y la reacción rápida ante situaciones inesperadas. Recientes estudios demuestran que la falta del sueño puede propiciar el desarrollo de obesidad, diabetes, infecciones y enfermedades cardiovasculares, generar trastornos de ánimo como ansiedad, menor tolerancia a la frustración y malas relaciones personales.
Todas estas explicaciones no mueven un pelo a los chicos: no es un tema fácil para ellos ir contracorriente del horario de las distracciones nocturnas. Ya se ha hecho costumbre acendrada la previa para esperar que abran los boliches. De ahí la importancia de que los agentes sociales involucrados nos pusiéramos de acuerdo en facilitar a las nuevas generaciones pasarlo bien, divertirse con sus amigos sin descuidar la salud presente y futura, y el rendimiento en el estudio y trabajo. Nuestros hijos tendrían que conocer mejor a qué atenerse cuando trasnochan.
Respetar las horas de sueño y vigilia.
La luz solar es un despertador natural a través de los mecanismos hormonales que fluyen por el líquido cefalorraquídeo e influencian al cerebro. La irrupción de la noche es un estímulo para las etapas del sueño. Para respetar el ciclo hay que dedicarle 8 horas al sueño y 16 a la vigilia.
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